Curioso término, Medicinas alternativas, o bien, Medicinas paralelas; sí, paralelas a nuestro conocimiento médico oficial, una alternativa en la salud.
Pareciera absurdo que en el estado actual de desarrollo de la ciencia médica, con el progreso innegable de la farmacología y la perfección técnica que ha alcanzado la cirugía, surjan una serie de alternativas de tratamientos denominadas las medicinas paralelas.
Sin embargo, los médicos acabamos por preguntarnos: ¿qué estamos haciendo?. Por una parte, no cabe duda que el desarrollo de todas estas técnicas sofisticadas no ha ido de la mano con su humanización, sino todo lo contrario. Se ha perdido la visión global del hombre, no solo como un ser integrado por una serie de órganos que cumplen funciones específicas, sino también el hombre como producto de una Creación Universal.
Cuántos mayores son los progresos técnicos más solo se encuentra el hombre ante la vida, el dolor, la enfermedad, la angustia y la muerte. Para el médico superespecializado, atento solamente a la vigilancia de unas cuántas constantes vitales del paciente que le significan números pero no aportan ninguna valoración de las circunstancias personales, del entorno sociológico, psicológico y mental, que en conjunto constituyen la verdadera integridad del ser humano, la verdadera fuente de su salud o enfermedad.
Hemos perdido el papel del médico como intermediario entre el mal y su paciente. Es evidente que en muchas fases de su enfermedad, lo que el hombre enfermo necesita es lo que más le cuesta obtener en el mundo tecnificado en que vivimos: un médico amigo que le ayude a sobrellevar sus molestias, que le oriente con respecto a su problemática, enfermedad o desequilibrios, e inclusive que le ayude a bien morir, llegado el caso.
Algo falla, Hipócrates decía: Es bueno saber que, en última instancia, no es el médico quien cura, pues las enfermedades pueden terminar curando sin el concurso del arte. Si la naturaleza no es suficiente para curar por sí sola la enfermedad y se muestra suspendida o inoperante su acción, el arte y la experiencia indican que se debe proceder imitando los medios que la naturaleza emplearía ordinariamente para curar la enfermedad.
Probablemente, con la superespecialización en el área médica, nos alejamos día a día de estas leyes naturales que nos rigen en todos los aspectos de nuestras vidas, colocándonos como seres aislados y generando la deshumanización.
Existe una necesidad evidente en todos los seres humanos de acercarnos a estas leyes naturales, de explicarnos el proceso a través del cual podemos mantener una verdadera salud, y de conocer también, las causas reales que originan nuestras enfermedades y desequilibrios, para poder colaborar en forma consciente en el increíble proceso de la vida.
Estas circunstancias abren paso a las llamadas Medicinas Paralelas y que tienen sus fundamentos en leyes universales y que consideran al ser humano como un producto de las mismas, como un ente social y no aislado. Ven la vida como el resultado de un equilibrio perfecto de todas las funciones en los diversos planos de manifestación: física, psíquica, mental, espiritual.
Muchas de ellas fueron propuestas por otras culturas, hace ya miles de años, tal es el caso de la acupuntura, y otras se han ido descubriendo en el devenir de la práctica médica. Buscaremos, en un esfuerzo de fomento cultural, divulgar los fundamentos de diversas alternativas a su alcance. Hasta la próxima… |